En los espacios del monumental Teatro Teresa Carreño cohabitan historias reales y fantasiosas. Dentro de sus pasillos,
bajo sus vanguardistas techos y sobre sus amplias terrazas se gestan
vivencias que son atesoradas por su moradores y que, en algunos casos,
son recreadas y convertidas en arte.
Walter Castillo vive
su pasional entrega a la danza clásica desde hace 30 años. Egresado de
la prestigiosa escuela Ballet Arte, fue un reconocido bailarín del
Ballet Teresa Carreño (BTC), posteriormente se convirtió en maestro
ensayista y coreógrafo de la agrupación y, hoy en día, ostenta su faceta
de realizador audiovisual y re-estrena en Venezuela Acto Final (2016), inspirado en sus propias vivencias dentro de la profesionalización dancística.
Desde 2008, Castillo labra el camino
de la videodanza en el país, es una referencia en este género
audiovisual. Sin embargo, el también realizador aclara que Acto Final es un cortomenartraje
de categoría ficción, género drama. “Aunque la historia está ambientada
en el mundo de la danza, no tiene nada que ver con la videodanza como
género audiovisual”, explica.
Acto Final. Fotografía cortesía de VerDanza
– El tema principal es la envidia en la danza. ¿Cómo toma Castillo ese tema sabido y lo recrea?
-La carrera del bailarín es tan corta
que tratas de escalar apresuradamente, la envidia está muy presente,
igual los celos. Guillermo Arriaga dice que mientras más cercano sea el
vínculo entre dos personas, más dramáticas son las historias. Me inspiré
en eso y tomé a dos amigas que se quieren mucho pero por la envidia una
traiciona a la otra y le hace daño.
Acto Final fue estrenado en el Evento 4 cortos 2016,
en Caracas, y fue selección oficial de festivales nacionales e
internacionales en España, Argentina, Egipto,Italia y Reino Unido.
Recibió los premios a Mejor Guion, Mejor Actuación y Mejor Fotografía en la categoría estudiantil en el Festival de Cine Carora 2016 y el Premio Municipal de Cine: Cortometraje David Suárez2017, en la mención Mejor Montaje.
– ¿De dónde surgió esa inquietud por lo audiovisual?
– Trabajando en un proyecto con el
Sambil en el que instalamos las primeras cámaras del estacionamiento me
enamoré de ellas y de lo audiovisual. Los
bailarines siempre estamos viendo vídeos de ballet. Un día vi un vídeo
que me encantó e, investigando sobre él, llegué al neologismo videodanza,
encontré todo un mundo y me animé a hacer mi primer trabajo. “Agarré” a
una bailarina, le puse un vestuario y lo hicimos en el Teresa Carreño
con una cámara que yo tenía.
El cine es ciencia y arte en perfecta combinación.
Walter Castillo. Fotografía cortesía de VerDanza
– ¿Cómo ha sido su evolución desde entonces?
– Seguí trabajando y me di cuenta de que mi Talón de Aquíles es el lenguaje audiovisual. Por eso estudié en EscineTV y aprendí todo lo que me falta, el resultado fue Acto Final, que es mi Tesis de Grado.
Una de las particularidades del cine
es el trabajo en equipo. Al principio, yo trabajaba solo para ahorrar
dinero, pero son tantos detalles que, mientras más gente calificada
tengas en tu equipo de producción, mucho mejor. Si eres director,
productor y escritor, el trabajo empieza a pesar, dejas de disfrutarlo y
se convierte en un desgaste.
Castillo prepara su nuevo corto de ficción. El verano de Ignacio
habla de una sequía que viven un niño y su abuela en un pueblo rural.
“Será un corto profesional sobre el cual acaricio con muchas
expectativas y sueños”, dice.
– ¿Qué es lo que más disfrutas de la realización audiovisual?
-Todos disfrutamos la postproducción; ver el producto final y decir: “es tal cual lo imaginé”.
Siempre he expuesto mi trabajo a las
críticas, buenas o malas -continúa- y ciertamente uno se alimenta del
aplauso. Es grato y es muy triste cuando no pasa, pero creo que se
aprende más de los errores que de los éxitos. El
proceso y la experiencia son importantes y también lo es la
preparación. Hay que prepararse en una escuela o de forma autodidacta.
Si en el arte hay miedo al ridículo es mejor no hacer arte.
– ¿Qué le ha aportado la danza a tu faceta audiovisual?
-La continuidad de movimiento, se
puede apreciar en el proceso de montaje, de edición. La danza me aportó
todo para la vida. Me dio apreciación musical, control y lenguaje
corporal, lo cual me permite dirigir a los actores y también es una
ventaja a la hora de editar.
La edición es una cosa con mucha
musicalidad, con ritmo, es un baile. Cuando hago videodanza
evidentemente estoy plasmando lo que yo domino, por eso quiero hacer lo
otro: drama, psicoterror, ficción.
– ¿Dejará la danza para dedicarse al cine?
-El cine se está convirtiendo en mi
estilo de vida, pero no puedo rechazar otras actividades . Todo en la
vida es cuestión de cómo administras tu tiempo.
La danza – subraya Castillo – está en
un momento crítico. La hiper emigración de bailarines afecta a la
compañía porque no hay un talento preparado, un ensayo se convierte en
una clase más que en el trabajo de una obra artística.
Actualmente- prosigue- tenemos gente
muy joven, sin experiencia, con mucho talento pero que necesita
preparación. Un bailarín profesional es una persona de 30 años, que ya
ha hecho miles de cosas para lograr lo que se le exige. Preparar la
parte artística exige más que dedicarse a la parte técnica, requiere que
no se vea un niño o una niña, sino un profesional en escena.
La madurez profesional tiene que ver
con la actitud y con la aptitud, que sea receptivo, que capte, que sea
inteligente, que lo que tú le pidas lo plasme con el cuerpo. Con un niño
hay que tener cuidado con lo que se le dice, hasta hay implicaciones
legales, lo he vivido y me dejó un sinsabor que no me gustó.
– ¿Está satisfecho con su carrera dancística?
-Tuve la bendición de bailar en el
Ballet Nuevo Mundo de Caracas por 14 años. Bailé en el Ballet
Contemporáneo de Caracas y nunca me imaginé que iba a bailar en el BTC
por cuestiones de estilo, pero mi sueño dorado era bailar el Pas De Deux
de Manon y el Grand Grand Pas De Deux de Spartacus y ambos los viví en la Sala Ríos Reyna.
Me retiré de la danza muy feliz,
satisfecho, en silencio, sin bailar, haciendo un papel de carácter,
Drosselmeyer en El Cascanueces de 2014. Tuve la satisfacción de dirigir
mis propios trabajos en una compañía cuando todavía contaba con
bailarines preparados, ahora tenemos un ballet juvenil y estoy
contentísimo de que llegó ésta generación. A lo mejor en 5 años volteo y
estos chicos están grandes y trabajaré con ellos si estoy vivo, o a lo
mejor estoy grabando una película. Quién sabe.
Cuatro de mis cortos (Sin Color, BURLAdero, Prejuicio y Soledad) son selección oficial de la 5ª Edición del Festival de VideoDance 2021 en Brasil. Felicidades a todo el equipo. Videos completos y votos en: https://bit.ly/3sWKzLV
Lic. Walter Castillo Acero.
Docente en la UNEARTE. Maestro ensayista y coreógrafo del Ballet Teresa Carreño. Fundador y director de VerDanza. Realizador audiovisual. Escritor y pintor en formación.